viernes, febrero 02, 2007

Sueño despierto

"En las veces de paredes, una hilera de montañas la rodean: una enorme planicie en un valle encerrada. Y aun con la noche avanzada, la luna casi llena deja ver el terreno: tierras muertas, negras y húmedas; atravesadas por una docena de caminos de tierra amarilla. Comunican unos pocos puestos salpicados en las montañas.
Quieto en uno de los senderos, casi en el centro del valle, los observo: arbustos secos, escasos, que alguna vez crecieron y sólo en los bordes de cada camino, ¿acaso los acompaño?"

Ésta breve descripción es el resultado de un pequeño juego que inventé una noche del verano anterior. Os cuento y propongo:
Acababa de ver una película en el ordenador y me iba a dormir, pero aun sentado en la silla, cerré los ojos y me visualicé a mí mismo, simplemente se me ocurrió hacerlo. El caso es que además de mi figura se iba definiendo un paisaje. Yo no pretendía imaginarlo ni lo podía modificar, sino que se configuraba por sí mismo. Abrí un archivo de word y tomé unas notas sobre la situación. Si no sabía algo, por ejemplo la fase lunar, cerraba los ojos, volvía a aparecer y lo anotaba.
Otro día intenté hacerlo, pero el resultado de la primera vez influencia demasiado y se hace difícil repetir el invento. Lo curioso fue hacerlo con mi hermano pequeño y comparar los resultados, porque las diferencias entre lo que él describía y mi paisaje tenían un paralelismo claro con nuestras personalidades, diferencias y parecidos.
Así que ahí os dejo la idea por si lo queréis intentar e incluso si os apetece, publicarlo en las respuestas a esta entrada.
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jueves, febrero 01, 2007

Aventuras del niño viento

Intermitente y a cada instante, el destello...
que expulsa a un viajero del sueño
guardando el abismo que encierra...

...despierta...

Y en la consciencia de un más allá terrenal...
de imposible alcanzar y acaso intuir,
prepara la marcha el caballero
en su última noche de escarcha:
diciéndose "aquí no hay más",
que una muerte nueva está por ver
y nunca en castillos (que pequen de huecos)

Y parte en la mañana como ordena la estrella;
descubre, a su pesar y en su busca,
que un joven caballero precisa el sendero,
ya no pide un motivo, pero alberga en sí la duda,
de si el caminante hará el camino,
de si el caballero olvidará el pasado
de si habrá futuro, de si habrá destino...
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